“Pensé que iba a ser incómodo o complicado, pero en realidad se siente como un tratamiento de spa. Después de días largos de trabajo mis ojos ya no se sienten tan cansados, y la hinchazón que antes me duraba toda la mañana ahora desaparece en minutos.”

“Heredé unas bolsas horribles de mi mamá y pensé que me iba a quedar con ellas para siempre. A mis 52 por fin encontré algo que sí funciona: se me han aplanado tanto que a veces ni me reconozco en las fotos.”

“Tengo la piel súper sensible y me daba nervio usarlo, pero es increíblemente suave. Nada de enrojecimiento ni irritación, solo los pulsos ligeros de microcorriente y la luz roja. Hasta mi dermatóloga se sorprendió de lo mucho que mejoró la zona de mis ojos.”